Otro Libro: EXPLORADORES ESPAÑOLES DEL SIGLO XVI

Autor: JUAN GAISSE FARIÑA
Poco conocido en España pero gran enamorado de nuestro país y de su labor civilizadora en América, Charles Fletcher Lummis (1859-1928) fue periodista, escritor, investigador etnográfico y un defensor infatigable de la presencia española en América. Fue un pilar cultural en el Suroeste de los EEUU a finales del XIX y principios del XX.
Nació el Linn (Massachusetts) y estudió en Harvard, donde fue compañero de Theodore Roosevelt. Después de un tiempo en Ohio, se trasladó a Los Ángeles, donde ejerció el periodismo y se aficionó a las culturas indígenas precolombinas. Realizó un primer viaje a pie por el estado de Nuevo México durante cinco meses, lo que le sirvió para contactar con poblaciones nativas y conocer su historia, cultura e idiomas. Sus vivencias de ese viaje se plasmaron en su primer libro A Tramp Across the Continent (1892).
Su personalidad carismática le llevó siempre a respaldar los estudios con la experiencia personal. Su fortaleza física y su capacidad para superar enfermedades le permitieron adoptar el modo de vida de las poblaciones a las que deseaba conocer. Así se dedicó al estudio de los indios Pueblo y los Hopi, residiendo con ellos durante años, aprendiendo su idioma y asimilando su modo de vida.
En paralelo a sus conocimientos, fue aumentando su admiración hacia los exploradores españoles del siglo XVI, que fueron los primeros europeos llegados a Norteamérica para quedarse. Fue un infatigable investigador, escribió numerosos libros, editó revistas y fundó asociaciones culturales y museos. Dirigió la Biblioteca de Los Ángeles y su casa fue la sede de la Historical Society of Southern California.
En especial admiró a personajes como Fray Junípero Serra, Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Pedro Alvarado o Francisco Pizarro. Y rescató del anonimato a otros como Fray Juan de Padilla, Gaspar Pérez de Villagrán o el portugués Andrés do Campo.
Traigo aquí su figura porque recientemente he leído su obra Los Exploradores españoles del Siglo XVI, vindicación de la acción colonizadora española en América, publicada en 1893 con el título The Spanish Pioneers. Un libro que sorprende, tanto por los vastos conocimientos del autor, como por el enfoque tan contrario a los clichés imperantes en el mundo anglosajón de la época. La edición que he leído (Edaf, 2017) mantiene el excelente prólogo del historiador y académico Rafael Altamira incluido en la primera edición española de 1915. El prefacio del propio Lummis resume el propósito de su libro:
“Porque creo que todo joven sajón-americano ama la justicia y admira el heroísmo como yo, me he dedicado a escribir este libro. La razón de que no hayamos hecho justicia a los exploradores españoles es, sencillamente, porque hemos sido mal informados. Su historia no tiene paralelo; pero nuestros libros de texto no han reconocido esta verdad, si bien ahora ya no se atreven a disputarla. Gracias a la nueva escuela de historia americana vamos ya aprendiendo esa verdad, que se gozará en conocer todo americano de sentimientos varoniles. En este país de hombres libres y valientes, el prejuicio de la raza, la más supina de todas las ignorancias humanas, debe desaparecer”.

Su visión de la labor civilizadora de España queda plasmada en el siguiente texto: “Una de las cosas más asombrosas de los exploradores españoles –casi tan notable como la misma exploración- es el espíritu humanitario y progresivo que desde el principio hasta el fin caracterizó a sus instituciones. Algunas historias que han perdurado, pintan a esta heroica nación como cruel para los indios; pero la verdad es que la conducta de España en este particular debiera avergonzarnos. La legislación española referente a los indios de todas partes era incomparablemente más extensa, más comprensiva, más sistemática, y más humanitaria que la de Gran Bretaña, la de las colonias y la de los Estados Unidos todas juntas. Aquellos primeros maestros enseñaron la lengua española y la religión cristiana a 1.000 indígenas por cada uno que nosotros aleccionamos en idioma y religión. Allá por 1575 -un siglo antes de que hubiera una imprenta en la América inglesa- se habían impreso en la ciudad de México muchos libros en 12 diferentes dialectos indios, siendo así que en nuestra historia sólo podemos presentar la Biblia india de John Eliot; y tres universidades españolas tenían casi un siglo de existencia cuando se fundó la de Harvard. Sorprende por el número la proporción de hombres educados en colegios que había entre los exploradores; la inteligencia y el heroísmo corrían parejas en los comienzos de colonización del Nuevo Mundo”.
La atracción de Lummis por los conquistadores españoles tiene que ver con su propia personalidad. Él fue un aventurero y poseía una fortaleza física y mental que le permitió acometer proyectos que pocos habrían podido llevar a término. En sus primeras expediciones por Nuevo México sufrió una hemiplejía, al parecer motivada por el agotamiento extremo, que le dejó inmovilizada la mitad de su cuerpo y le hizo perder el habla. Él mismo se sometió a un duro proceso de rehabilitación hasta recuperar totalmente sus facultades.
Fue también un eficaz propagandista de California con el objetivo confesado de atraer a otros estadounidenses a establecerse allí. Y fue igualmente promotor y defensor de los derechos de los indios para lo que fundó la Liga Sequoya que luchó contra la Administración federal por el trato que daba a los indígenas.
La investigación etnográfica de Lummis fue pronto acogida por la comunidad científica y ha servido de base a historiadores abiertos a cuestionar la Leyenda Negra.