UNA BUENA AMIGA MUY CERCA DE DIOS. AQUELLA EXPLOSION, EN ORENSE, DESDE LA QUE EMPEZÓ CASI TODO:

ID de publicación: 1667
UNA BUENA AMIGA MUY CERCA DE DIOS. AQUELLA EXPLOSION, EN ORENSE, DESDE LA QUE EMPEZÓ CASI TODO:

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En Junio de 1979 vivía yo en Santiago de Compostela y tuve la suerte de conocer y tratar a la familia Dueñas: a los padres PACO y AMADA y a sus tres hijos JAVIER, MARIQUI y MARCO. MARIQUI, con varias records en distintas pruebas de la natación gallega, acababa de ser preseleccionada para concurrir a las olimpiadas de Moscú representando a España. Antes de coger el tren que la llevaría a la concentración con el equipo olímpico, se produjo en el edificio de Orense en el que vivía con sus padres, una enorme explosión derivada de una fuga de gas en las instalaciones generales que la promotora había realizado hacía muy pocos dias.

La misma tarde del accidente, hablé en Santiago de Compostela con su hermano JAVIER quien me confirmó la trágica noticia: El urgente traslado de su hermana a la Unidad de Quemados del Hospital Juan Canalejo de la Coruña; la estimación inicial de que la superficie quemada superaba el 80% del cuerpo de MARIQUI; los tristes presagios que, con todo fundamento, hacían temer por su vida; las lesiones que había padecido su abuelo, de visita aquellos días en casa de su familia y que, lamentablemente falleció pocos días después.

En las horas, meses y años posteriores a aquella tragedia, fui testigo directo de las «brazadas, contra corriente», con las que MARIQUI se enfrentó a un sin fín de tratamientos, de operaciones y más operaciones de cirugía reconstructiva ante las que, no pocas veces esperábamos, junto a sus padres, a la salida del quirófano para saber quién había vencido, con la esperanza de poder confirmar que MARIQUI, con su corazón grande, seguía en la carrera.

Ya le cedo la palabra a la verdadera protagonista. Antes he de decir que en mi caso concreto y desde aquel año 79 hasta nuestros días, pude descubrir muy cerca de MARIQUI, la realidad de una metamorfosis tan maravillosa e increible como real: aquella joven nadadora de 20 años, divertida, llena de vida y guapa, guapa de verdad, se acabó convirtiendo por esos milagros del amor de Dios que no siempre entendemos, en una mujer bella, bella donde las haya y es evidente que a los hechos; a sus obras; a su espíritu de servicio y a su contagiosa alegría me remito.

A sus padres PACO y AMADA, a sus hermanos JAVIER Y MARCO, a su marido ALFONSO y a «nuestra» MARIQUI, un abrazo muy fuerte y muchísimas gracias por tanto ejemplo y tanta amistad.

Tomás R. Rodríguez Díaz

Gestión urbanística. Licenciado en Derecho. Articulista. www.cuadernodebitacora.online VIGO. (España)